viernes, 19 de septiembre de 2008

Rayos! me salió un maldito grano: disfrázalo ahorita instantáneamente

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Les voy a contar la verdad al desnudo sobre los tratamientos antiacné: “No son una cura”. En serio, vayan hoy con su doctor o cualquier dermatólogo y pongan atención a sus palabras, jamás hablara o mencionará acaso la palabra “cura”, si no más bien el término “tratamiento”.
Y es la verdad, no hay curación total, no obstante si una considerable reducción y mejoría contra el acne hasta tal punto del restablecimiento normal.

Pero bueno, que hacer en un caso de emergencia cuando te has dispuesto a visitar a tu enamorada(o al revés, a esperar a tu enamorado) o a asistir a una fiesta en la que todas las personalidades de tu escuela harán acto de presencia en sus mejore galas y a ti, a punto de congregarte con tus fieles, te ha salido un sucio barro.

Esto te puede costar perdidas sociales devastadoras, pero fuera del susto, tal vez del entristecimiento que causará la sorpresita de tu piel, de lo amargado(a) que te la puedas pasar en tu casa mientras tus amigos se divierten, no pasa.

Demonios, si pasa mucho. Bueno, la solución epidérmica perfecta es la camuflación. La expresión técnica excelsa de lo que pueden hacer nuestras expertas amigas las mujeres en su bendito afín por dejarse tan bellas como las vemos.

Aunque para cierto que los profesionales en Dermatología prohíben tajantemente el uso de maquillaje sobre el acné, es ciertamente sabido que también es la única forma de pasar inadvertido, digo casi invisible, el emergimiento de una espinilla por la mañana de un día especial.

Ah, no os preocupéis demasiado sobre esta técnica, pues fueron ellos mismos quienes nos la pasaron. Es así, en tu casa debes de tener algún colirio, es decir, algunas gotas de alivio contra la irritación de los ojos, si no es así te conviene ir comprándolas.

Estos artículos sirven para contraer los vasos sanguíneos y sirven también para aminorar lo enrojecido de las espinillas y reducir el montecillo acuoso de lo que están hechas.

Ese es el primer paso, deja pasar unos minutos después de eso, a que surta el efecto, y luego corre por un corrector de tu hermana, o tuyo si eres chica, (también recomendaría adquirirlo de alguna forma en el caso de los varones que no lo tengan, hay cientos de tonalidades, que sea el que mejor se iguale a su piel) y úntenselo, acompañado de ligeros golpecitos para su apropiado esparcimiento.

Ahora, esta técnica del corrector y las gotas también sirve en cicatrices que quieran disimular o en marcas cutáneas que no les gusten de su rostro. Y algo más, esta artimaña no invisibilizará por completo al grano o a la espinilla, pero se los juro que a cierta distancia y con la acción del momento los pasa totalmente inadvertidos.

Sigan atentos en medicinaparalafamilia.blogspot.com con mucha gran variedad de tratamientos, cuidados y precauciones que se deben tomar ante un trastorno o cualquier malestar dentro de sus casas.